Febrero es el mes del amor. Entre la celebración de San Valentín, el 14 de febrero y la del Día de los amores imposibles, el 16, el amor durante este mes está en boca de todos.
Pero el amor no es siempre fácil. Llevar una relación de pareja sana y equitativa puede ser algo complicado porque nadie nos ha explicado cómo debe ser realmente el amor y las referencias que tenemos de películas o canciones en ocasiones son erróneas y nos llevan a creer que un amor dependiente, donde nuestra pareja es el centro de nuestro universo y nuestra vida no tiene sentido sin él/ella, es correcto.
Nada más lejos de la realidad. El buen amor es aquel que se basa en una relación de confianza, cariño, seguridad, respeto, libertad, complicidad y admiración por el otro. En una relación donde hay tiempo para la pareja, pero también tiempo para todos los aspectos importantes de nuestra vida como pueden ser la familia, los amigos, el trabajo o nuestros hobbies.
No nos aísla: Pese a que es normal que al inicio de una relación queramos pasar la mayor parte del tiempo con nuestra pareja, no debemos dejar que nuestra pareja consuma todo nuestro tiempo y energía. En una relación sana cada miembro de la pareja mantiene la vida que tenía antes de estar en pareja, sigue saliendo con sus amistades o llevando a cabo sus proyectos.
No nos controla: El amor no es posesión y en una relación sana ambas personas deben sentirse libres para hacer lo que quieran, cuando quieran, sin temor a que la otra persona se enfade o tener que dar explicaciones en todo momento.
No se basa en los celos: Los celos son el peor enemigo de una relación sana. Son síntoma de falta de confianza y seguridad o de un carácter dominante y controlador. Cuando creemos que la otra persona nos pertenece o dependemos tanto de ella que necesitamos saber en todo momento qué hace y con quién, o, en el peor de los casos, no consentimos que haga nada sin nosotros, tenemos un problema.
No se basa en el conflicto: “Los que se pelean, se desean”. Esta es una de las frases tóxicas sobre el amor que durante toda la vida nos ha acompañado. Sin embargo, es del todo falsa. Los que se quieren evitan las peleas y, cuando éstas surgen, buscan el modo de solucionarlas desde el entendimiento y la comprensión. Muchos comportamientos tóxicos de pareja son ejemplos de maltrato, porque el maltrato no es solo violencia física, sino también la manipulación, los insultos, el control o el aislamiento.
Aprende a detectar si estás en una relación dependiente y actúa para cambiarlo: Si quieres siempre más atención por su parte, dudas constantemente de sus sentimientos, sientes inseguridad cuando no estáis juntos, o es tu pareja quien se siente así, puedes estar en una relación dependiente.
Si crees que estás en una relación dependiente o tóxica, es importante que marques los límites. No hagas cosas que no quieras hacer por compromiso o por evitar que la otra persona se enfade. Continúa haciendo las cosas que hacías antes de tener pareja y comprende que hay un mundo más allá de tu pareja.
Soluciona los problemas de comunicación: Si tenéis conflictos de manera habitual, vuestra comunicación es pasiva o agresiva, o tenéis discusiones interminables por WhatsApp que te roban toda la energía y no te dejan disfrutar de lo que estabas haciendo, puede existir un problema de comunicación.
La mejor manera de remediar este tipo de discusiones es evitando hablar en el momento, en caliente, y sobre todo, no discutir todo el tiempo a través de WhatsApp. Es preferible que paremos la discusión en su momento y la posterguemos para cuando podamos hablar cara a cara y nos hayamos tranquilizado. Tampoco es conveniente utilizar la ironía y el sarcasmo, ni dar vueltas una y otra vez sobre el mismo problema sin buscar soluciones. Intentad estar abiertos a la comprensión y escucharos el uno al otro con honestidad y respeto.
Aprende cuándo es el momento de dejar una relación: Si un enfado de tu pareja te asusta y consiste en violencia, gritos, insultos, o amenazas, es una clara indicación de que tienes que salir de esa relación cuanto antes. Si sientes que tu pareja te controla y por más que has intentado hablar con ella para que cambie su comportamiento, todo sigue igual, puede que haya llegado el momento de decir adiós.
Confía en lo que tu alrededor te dice de tu relación. A veces, es mucho más sencillo detectar cuando algo va mal desde fuera, que desde dentro de una relación.