Corresponsabilidad navideña

16/12/2022 - Igualdad
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Por muy mágica que sea la Navidad, planificar las fiestas puede suponer una gran carga e infinidad de tareas adicionales. Junto a las obligaciones habituales de la casa y las obligaciones familiares de cuidado y atención de los nuestros, las fiestas traen consigo otras obligaciones que van desde la atención o la compra de regalos hasta las obligaciones sociales que incluyen la organización de reuniones y cenas especiales, las salidas y visitas familiares, etc.

Obligaciones que no se hacen solas. Detrás de cada tarea invisible hay una persona que cuida y merece ser cuidada. Y que tradicionalmente, es una mujer.

Y es que la Navidad aún tiene nombre de mujer: para ellas las fiestas suponen un esfuerzo y una carga mental extra, que casi es más dura que el cansancio físico. 

Suelen ser ellas las que mantienen a la familia unida en Navidad, se vuelcan en la compra de regalos, en la preparación de las reuniones y de las comidas porque es una forma de vertebrar el afecto, una forma de amar, una forma de dar.

Pero no es necesario que esta labor recaiga solo en ellas. En la corresponsabilidad está la clave para conseguir un reparto equitativo de las tareas, tanto en estas fiestas, como cada día.

 

¿Cómo conseguir una verdadera corresponsabilidad?

¿Cómo hacer para repartir juego y responsabilidades entre todos los miembros de la familia y que no recaiga exclusivamente en una sola figura?

Muchas veces es siempre la misma persona la que se ocupa de gran parte de las tareas -o de todo- porque no permite que los otros colaboren o porque no sabemos pedir las cosas. Solemos pedir “emociones”, “actitudes” o, directamente, expresar “reproches” que la otra persona no llega a entender.

Emma Clit en su cómic “Me lo podrías haber pedido” ilustra la carga y el estrés mental por el que pasan las mujeres al vivir en pareja cuando sus compañeros no ayudan al equilibrio de las tareas domésticas tanto por acción como por omisión, llegando a creer en ocasiones que hacen la mitad de las tareas de la casa, pero sin encargase de nada nunca por iniciativa propia.

Para lograr una verdadera corresponsabilidad deberemos intentar hacer un reparto de las tareas no solo equitativo, donde cada miembro asuma el mismo número de tareas, sino equilibrado para que cada uno asuma una cantidad equitativa de responsabilidad, dificultad y molestia de tareas.

Para ello, es necesario que las mujeres solicitemos una conducta concreta y que lo hagamos de una manera directa. 

Y, ¿cómo se consigue eso? Hablando abiertamente sobre quién es mejor para cada tarea y también sobre qué le es demasiado desagradable a cada uno, para que se tenga en cuenta en el reparto.

 

Consejos para lograr la corresponsabilidad en las fiestas navideñas

Todavía estamos a tiempo de ser productivos, de dividir tareas acordes a nuestras capacidades, y de dar espacio también a nuestras hijas e hijos para que participen en tareas según sus capacidades.

Para ello, lo mejor es coger un papel y un lápiz, y escribir en él nuestros objetivos. Aunque cada casa es diferente, aquí os sugerimos una lista de las tareas más habituales en estas fiestas para que se observe cómo debe ser un reparto justo.

1. Decidir dónde y con quién se celebra cada festivo. Sólo decidir, sin organizar.

2. Hacer regalos.

- Decidir qué comprar.

- Comprarlo.

- Envolverlo.

- Multiplica por tu familia, la de tu pareja, y vuestras hijas e hijos en común si los hay.

3. Organizar vuestro transporte.

- Sólo organizarlo. ¿Vais a viajar? ¿Os vais a encontrar atascos? ¿Qué hacer para evitarlos?

- Si vais en coche, ponerlo a punto. Si vais en transporte público, comprar billetes o comprobar horarios.

- Hacer las maletas de cada miembro de la familia.

- Si vais en coche, conducir.

4. Saber quién está invitado a vuestra casa, y cuándo. Sí, saber quién viene a merendar el día 2 de enero es una tarea, porque hay que coordinar con todas las tareas restantes.

5. Planear qué se va a comer durante toda la quincena, y comprar los ingredientes.

6. Cocinar.

7. Tener la casa lista para recibir invitados.

- Decoración.

- Limpieza, orden, suministros de todo.

8. Limpieza post-fiesta.

9. Tener lista la ropa de fiesta.

- Puede ser comprarla, o asegurarnos de que está limpia y planchada y es la talla correcta.

- La tuya.

- La de tu pareja.

- La de las/os niñas/os

10. Mantener una comunicación fluida con todas las personas con las que vais a quedar, en sus casas, las vuestras, o en la calle.

- Enviar felicitaciones, si queréis.

 

Estas diez tareas pueden expandirse si se considera el trabajo de cada uno de los días festivos o en función de las necesidades concretas de cada familia, pero pueden servir como aproximación general.

 

Un último consejo para las mujeres

Después de leer esto puedes hacer lo de siempre, es decir, hacerlo casi todo y maldecir, y decir que el año que viene la Nochebuena la va a organizar Rita porque tú te quedarás en casa viendo películas tú sola, o puedes coger el toro por los cuernos. Coge esta lista e imprímela. Ahora coge la agenda, el móvil, papel, bolígrafos, y a tu pareja en un momento de buen humor y con tiempo por delante y explícale que lo justo es que hagas la mitad de las tareas, y que eso no es «yo cocino y tú limpias».

Cuando hayáis hablado todo lo que tengáis que repartir, haz la mitad. Sólo la mitad. Presta especial cuidado a la coordinación y cubriros el uno al otro si os comunicáis un despiste. Apuntad recados en un lugar bien visible. Pero, sobre todo, no hagas más de la mitad.